martes, 3 de noviembre de 2009

QUE SERA LO QUE QUIERE EL NEGRO

Hola mi nombre es Rosa Mari, tengo 53 años, y aun pesar de mi edad todavía hay algún jovencito que se queda mirando mi culo cuando salgo a pasear. Soy rubia de ojos claros, tengo una figura muy definida, bonitas piernas, senos duros y un buen culazo, ni que decir tiene que mi coño siempre está húmedo.

Estoy casada y llevo con mi marido toda la vida, llevamos 30 años de casados y nunca le puse los cuernos con un hombre, y digo con un hombre, porque hace cosa de dos años en una fiesta, fui al baño con mi amiga Pili y después de que ella miccionara, cuando tocó mi turno y bajé las bragas, se arrodilló y me chupó el coño como nunca lo había hecho nadie hasta la fecha, luego yo la imité y además de ser la primera vez, tengo que decir que me gustó y que me encantaría repetirlo, pero solo fue ese desliz y eso ya os lo contaré otro día así que voy a ir al grano.

Tengo una amiga que está casada de segunda vez con un africano llamado Manolo, este señor tiene 47 años y es más bien bajito y regordete, un día bajo a ver a mi amiga Julia, que así se llama esta amiga, me la encuentro delante de su casa justo cuando montaba en su coche, y me dijo, espérame que voy a comprar tabaco al pueblo de al lado y vengo enseguida, espérame en la cocina, ¡hasta ahora!

Nosotros vivimos en un pueblecito pequeño al lado de una gran ciudadela que hay de todo tipo de comercios y de todo, y cualquier cosa que necesitamos, pues vamos hasta pueblo mayor, queda a unos 13 km y se llega rapidísimo, aunque en aquella época estaba la carretera en obras y por los cortes de tráfico te podían liar algún que otro minuto más. En fin, Julia se fue a comprar y yo entré en su casa y me fui a la cocina, hacía calor me cogí un vaso de agua y un revista y me senté a la mesa de la cocina a leer.

No había pasado 2 minutos desde que me senté, cuando se abre la puerta de la cocina y aparece el Negro (Manolo) con la polla en la mano diciendo:” abre la boca Julia que te echo la cremita” al verme la cara de susto que puse yo, se metió detrás de la puerta y todo sonrojado y avergonzado me dijo, ” siempre que vengo del trabajo me masturbo y le doy la leche a mi Julia, que le encanta saborearla,” también me dijo ” perdóname no sabía que estabas aquí, creí que era ella” ” es una irresponsable al no haberme avisado que se iba y que tú estabas aquí,” y cerró la puerta y se fue.

Cuando iba en dirección de su dormitorio me preguntó con voz alta, “Rosa Mari” y yo le dije “¿dime?” “¿a ti te gusta la leche de macho?; yo me quedé perpleja y no le respondí, entonces oí que se cerraba la puerta y la calma inundó la cocina de mis amigos de nuevo, y digo la cocina porque mi interior no estaba nada calmado, el Negro tenía una verga de más de 30 cm, así como os lo digo, era un rabo de negro oscuro duro y tieso con un capullo enorme, y como no me iba a gustar aquella polla y la leche, me encanta tragar leche, mi marido se conforma con dármela de vez en cuando, menos mal que me masturbo todos los días pero aún así reconozco que empecé a pensar en la leche del negro.

Me mojé en el acto y empecé a pensar en decirle algo, en si venía Julia y nos pillaba, casi me voy de su casa y cuando estaba saliendo por la puerta, cogí y la cerré y me fui al cuarto de ellos, piqué en la puerta y le dije al Negro,” Manolo, me voy que tengo prisa,” llevaba un slip puesto, pero la empalmadura que tenía todavía se le reflejaba, me dijo ” de acuerdo, yo esperaré a Julia para darle todo esto” yo le dije ” no te preocupes que no le diré nada” y él me dijo ” gracias es mejor así”

Yo mientras hablaba con él no le quitaba la mirada del paquete negro que había visto hacía 5 minutos, y no dejaba de soñar con dicho pollón, él se dio cuenta y sin mediar palabra se bajó el calzoncillo saltando la verga hacia fuera en todo su esplendor, entonces me dijo: ” sé que te gusta esto” “y todavía no me dijiste si te gustaba la leche” yo toda colorada por la situación no sabía que decir, hasta que empezó a masturbarse delante de mí, entonces le dije que si, que me gustaba mucho la leche, que me encantaba bebérmela toda, y que me fascinaba su rabo, y la suerte que tenía Julia con tener un rabo así para ella sola.

Entonces me dijo algo que todavía me puso más caliente de lo que estaba, me dijo:” si quieres mi leche te la doy ahora mismo, pero rápido que está a punto de llegar Julia”, y yo que ya no estaba tan cortada, le dije que si, que me la tragaba, entonces me dijo que me arrodillara y así lo hice, me dijo ” abre la boca” la abrí y me metió el capullo, me dijo ” chupámela un poco antes de correrme” así lo hice, estaba deliciosa, era una polla enorme, entonces me mandó algo normal que también hice, me dijo,” desnúdate que no quiero llenarte de leche toda esa ropa”

Así que me desnudé, me quedé solo con la bragas puestas, él al verme desnuda me cogió por el pelo y me besó en la boca, después me dijo: ” joder Rosa Mari, que buena estás, quiero follarte” y a mí me apetecía, pero había algo que lo impedía, y es que mi menstruación estaba patente, se lo dije, y él me dijo quiero verte desnuda al completo.

Yo estaba de pie y él se arrodilló, me bajó las bragas y estuvo durante un momento viéndome el coño, le dio dos besos, y me dijo: “ya te la meteré en otra ocasión”, “aunque no creas, antes de correrme me gustaría follarte.

Date la vuelta enséñame las nalgas” me di la vuelta y empezó a sobarme el culo y a besarme las nalgas entonces me mandó apoyar contra una cómoda de la habitación, y entonces sentí lo inevitable, algo grande, largo y gordo, me estaba tocando el agujero del culo, Manolo me iba a dar por el culo y a pelo, solo me la habían metido una vez de joven, de soltera, mi marido nunca lo había hecho, y el negro me iba a encular aquella tarde, que apretaba el calor y el tiempo en contra.

Me dijo” esto se que te gusta, puta” yo callé y al momento ya me la había clavado, me dolía mucho pero tenía miedo a que alguien nos oyera, y me callé, aunque lloré de dolor, me lo estuvo follando poco tiempo, creí que me traspasaba, hasta que viendo que se acercaba la hora de la llegada de su esposa, me la sacó del culo y me dijo ” arrodillate y abre la boca zorra, que ya te follaré el coño y el culo otro día”

Yo le obedecí, abrí la boca y él volvió a metérmela y me ordenó que se la chupara, que la dejara bien limpia, sabía a mi culo pero me daba igual, ya me había convertido en una cerda, mientras él se hacia la paja para correrse, yo le chupaba los cojones, negros y velludos como nunca había visto ni en las revistas, estaban deliciosos, él se arqueó y me ordenó que le chupara el culo, así que mi lengua iba desde los huevos al culo.

Cuando estuvo a punto me dijo “abre la boca, y traga toda leche” así lo hice, abrí la boca y él después de darse un suspiro de emoción empezó a correrse con gran cantidad de lefa que casi me ahoga, me la tragué toda, toda, cuando terminó le limpié el capullo y casi a carreras me puse las bragas, sujetador y me vestí, me lavé en el baño y cuando llegué a la cocina Julia estaba aparcando el coche, Ufffff porque poco.

Llegó y al verme me dijo, perdona me pararon por las obras, yo le dije que no pasaba nada, y en el fondo estaba deseando que acabara el tabaco para que fuera a comprar otra vez…

Otro día os contaré como el Negro vino a joderme a casa un día que estaba sola, ese día si que lo disfruté, aquel día me llenó el coño de leche, el culo y la boca, porque por supuesto, cuando follas con un rabo así, tienes que hacerlo a pelo, oportunidades de esas no tienes muchas en la vida, así que hay que aprovecharlas…

Ya os lo contaré en otro relato como me la metió por el culo hasta los huevos.

Espero que os haya gustado.

Autora: Rosa María

categoría: Hetero (infidelidad) etiquetas: besonegro, encular, felación, Julia, Manolo, negro, Rosa María, sexoanal, tragar.semen

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