quien no ha soñado nunca con ser un gran amante, o coseguir el mejor de los amantes
lunes, 22 de febrero de 2016
el amigo de mi hermano
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amas de casas aburridas
Amas de casa lesbianas ofrecido por serviporno.com
Mi caso es real, tan real que cuando lo leamos juntas seguramente acabaremos como siempre, disfrutando de nuestros cuerpos.
Me llamo Mary, tengo 38 años, casada, con dos hijos, hasta hace aproximadamente un año, una ama de casa de lo mas normal, pero algo cambio cuando vino a vivir al bloque una pareja, ella morena de mi edad, el un hombre normal, todo empezo a cambiar en nuestras vidas de una forma casual.
Empezamos a coincidir a la hora de llevar y recojer a los niños al colegio, primero solo un saludo, pero a las pocas semanas ya eramos bastante amigas, tomabamos cafe al dejar a los niños e incluso haciamos la compra juntas.
Tanto es asi, que un dia le dije que tenia que ir a la ciudad para comprarme un poco de ropa, ella dijo que le gustaria acompañarme, quedamos e hicimos el viaje juntas.
Ibamos caminando, solo mirabamos escaparates, de vez en cuando pasabamos preguntabamos por algo y volviamos a salir, lo que hacemos las mujeres cuando bamos de compras.
Llegamos a unos grandes almacenes y empezamos a mirar ropa intima, yo suelo llevar tanga y ahora se que ella tambien.
Cojimos varias prendas y nos dirijimos al probador, empece a desnudarme para probarme las prendas que habiamos elejido, pero los probadores son demasiado pequeños para dos personas, nuestros cuerpos desnudos se rozaban, tan solo con los tangas y los sujetadores, aunque sin darle mayor importancia salimos, pagamos y nos dirijimos hacia el coche.
En el camino de vuelta empezamos a comentar sobre lo que habiamos comprado, hice un comentario sobre lo estrecho del probador y ella me dijo.
-- no me estraña que la gente haga el amor en ellos, hasta yo me he excitado cuando me rozabas.
--y yo, has visto como se me han puesto lo pezones?
-- ya lo creo que lo he visto, tienes unas tetas preciosas.
-- pues las tuyas tampoco estan mal.
-- vistas desde fuera son bonitas, pero tengo unos pezones demasiado pequeños, aunque se pongan duros no se notan.
Mientras decia eso, su mano se metio entre el sujetador y dejo a la vista un seño.
--ves lo que te digo.
--lo que importa no es el tamaño.
Nos reimos mientras ella volvia a taparse.
Cuando llegamos a casa, subimos las compras y dijo que iba a hacer un cafe, la acompañe a su casa y mientras que lo preparaba le dije.
--No deberias de tener complejo por los pezones, algunas veces a mi me molesta que se me pongan duros, todo el mundo te mira.
-- no es complejo, pero cuando te he visto asi, he sentido un poco de envidia, estos no se ponen duros nunca,,,, mientras hablaba volvio a dejar que viera sus tetas.
Mi mano fue hacia ella, empece a rozar su pezon y notaba como se endurecia con la caricia.
--ves, tambien se pone duro.
--si, pero no se marca como los tuyos.
Sin saber la razon, mis pezones se marcaban sobre mi camisa.
Su mano fue hacia ellos, por encima de la ropa, los acaricio y empezo a deslizar su mano hacia dentro, cuando sus dedos acariciaron mis pezones senti un escalofrio, yo seguia rozando lo suyos con mis dedos
sentia como me mojaba, deseaba parar, pero no pude, continue acariando y dejandome acariciar, nos miramos y acerque mi boca a sus tetas, mi lengua empezo con una caricia sobre sus tetas, ella se dejaba hacer.
Aparto mi cabeza de sus tetas.
--para, me los estas poniendo duros de verdad.
-- no decias que no se te ponian duros, pues dejame hacer.
--lo has hecho alguna vez con una mujer?
--nooooo, soy tradicional, me gusta la polla.
--pues has conseguido que me moje.
-- y tu, lo has hecho con otra mujer?
--no, como a ti, tambien me gusta la polla.
-- pues algo pasa, porque yo estoy que ardo de deseo.
-- a ver como estas?
Su mano se metio por debajo de mi falda, llego a mi tanga y sin miramientos sus dedos llegaron a mi coño, estaba mojado, al sentir sus dedos un gemido salio de mi garganta, levante mi falda y me deje caer sobre la silla mientras abria mis piernas, sus dedos se metieron dentro de mi.
--sigue, no pares, me esta gustando.
Ella siguio acariando a la vez que metia sus dedos, aprete sus manos con las mias para sentir mejor la caricia y empece a correrme sobre sus dedos, mi mano apretaba mis tetas mientras me corria.
Cuando termine de correrme estaba sudando, ella llevo sus dedos a mi boca y los lami con mi lengua.
-- Pues te gustara la polla, pero te has corrido con mis dedos.
-- Crees que puedes correrte con los mios?.
--No lo se, pero quiero probar.
Nos levantamos y nos fuimos al sofa, hice que se tumbar y subi su falda a la cintura, baje su tanga y mi mano busco su coño, estaba mojada, meti mis dedos dentro de ella y notaba como cada vez se mojaba mas, empece a masturbarla y note como su mano cogia mi pierna.
-- ven, ponlo en mi boca, quiero saber a que sabe tu coño.
Gire mi cuerpo y mi coño se quedo sobre su boca, su lengua empezo a lamer y mis dedos volvieron a meterse dentro de ella, sus gemidos aumentaron a la vez que mi placer, quite mis dedos y mi lengua ocupo su lugar, mis manos rodearon su culo para apretarla contra mi boca, notaba como ella gemia sin dejar de comerme el coño, su corrida inundo mi boca, segui lamiendo mientras ella se corria.
Su boca volvio a mi coño, apreto mi culo contra ella y empezo a morder con sus labios, mi placer aumento y me corri sobre su boca.
Me gire y fuy hacia ella, nuestras bocas se juntaron y nuestras lenguas se enlazaron, meti mi mano buscando sus tetas y estaban duras.
-- ahora estan duras de verdad.
Baje mi cabeza y mi boca mordio sus pezones.
-- Bamonos a la cama, quiero que me lo comas otra vez, pero esta vez desnudas.
Cuando terminamos hablamos de lo que habia pasado, nos gusto a las dos, aunque seguimos follando con nuestros maridos, luego nos contamos lo que hemos hecho con ellos, lo hacemos con mas placer que con ellos, aunque creo que jamas les diremos lo que hacemos, seguimos siendo amas de casa de puertas hacia fuera.
Me pillarom masturbandome
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Alemana vegana marrana ofrecido por serviporno.com
Amorcitos: A todos ustedes que pudieran ser mis maridos, les cuento que antes de mis dos amantes de Long Beach ; andube de perra caliente por Lynwood CA. Alli solo viven negros al menos ellos son mayoria, Pero no tuve suerte asi que me las ingenie para calmar mis deseos de ser penetrada, de tener algo grande dentro de mi culito. Como ejemplo una vez en mi locura compre un tubo para bicicleta y le introduje nueve naranjas, unas median 6.5 cms. y otras 8 cms. Pero en total consegui simular una verga de 24 pulgadas = 60 cms. Y luego me prepare para fingir que era una mujer al encuentro de su amante caballo. imaginense una verga de 60 cms. Y como soy muy apasionada, me vesti de mujer con ropa y peluca hasta me maquille y despues mirandome al espejo camine como mujer y por fin me dedique a acariciar aquella vergota de 24 pulgadas. Lo bueno de mi juguetote es que era flexible y no como la vergota de mi Ana (conda), esa verga cuando se le para parece un bate de beisbol. Bueno el siguiente paso fue cubrir de vaseline aquella vergota negra de 60 cms.; Despues empece a introducirme la gran verga, les digo que cada naranja que iba para dentro de mis entranias me hacia sudar, pero ya adentro la sentia divina ya me imaginaba que un caballo me estaba llenando de verga. Cuando ya tenia ensartadas 14 pulgadas empezo mi cuerpo a temblar y toque el resto de verga y calcule que todavia estaban fuera como 4 naranjas pero yo estaba resuelta a tragarmelas y como pude me trague el resto. Por fin tenia la vergota de 60 cms. totalmente ensartada, pero la emosion me tenia con un orgasmo interminable y mi cuerpo no paraba de temblar. Al cabo de un buen rato de albergar semejante vergota empece a sacarmela poco a poco y cada naranja que salia era un suspiro de mi parte, cuando la tuve toda afuera me sentia satisfecha de mi proeza pense para mis adentros, ya tengo capacidad para que me culee un caballo pero un caballo normalito no como uno que tienen en el zoo de Mexicali ese es un mastodonte de caballo y su vergota es la mas impresionante de las vergas. Hay algo que no se como superar es el hecho de que siempre las vergas las saco cubiertas de popo. Esto que les cuento es parte de mis memorias de cuando no tenia quien me cojiera. Pero bueno, quiero decirles que para aliviarme de la gran cojida que me dieron John, Ana y el perro Gran Danes durante mi segunda visita a mis amores, pase como dos semanas delicada de mi culito. Ciertamente ese gran perro hdp me rompio bien mi esfinter. Estube llamando a Ana y John para decirles que me esperaran pues estaba recuperandome de la culeada bestial que me dieron y me dijeron que estaba bien que me tomara mi tiempo y a ustedes mis lectores les aconsejo que no se arriesguen a cojer con un Gran Danes porque su abotonamiento es de lo mas terrible, se siente como si te estuviera dejando afuera los intestinos. Yo no le recomiendo a nadie cojer con esa raza de perros. Y como ya me estoy reponiendo de esa gran cojida quiero repetirles mi proposicion de que me permitan darles una mamada y se van a enamorar de mi boquita.
adicta al semen
- Desde que llegue a cierta edad el sexo ha sido algo importante en mi vida, me gustan los tíos, me gusta follar y me gustan las poyas. Me gusta ponerles cachondo, hacerles desear follarme, hacerles desear que les coma el rabo y todo esto sabiendo que yo, más que ellos, estoy deseando ser follada y hacerles una buena mamada.Pero llegó un momento en que decidí que lo que más me gustaba era jugar con el semen. Personalmente, le quito toda su mística a eso de "correrse dentro" no tiene ninguna gracia, seguramente será porque normalmente estoy tan húmeda, caliente y sudorosa que aunque lo noto no me apasiona ni me lleva al orgasmo.Con uno de mis novios, de corrida especialmente abundante, estuve especialmente inspirada. Cuándo comenzamos a salir no hacíamos el amor, sólo jugábamos y nos marturbábamos mútuamente, allí descubrí los enormes chorros de semen que era capaz de generar. Acostumbrada a mis anteriores relaciones me parecía un grifo sin fin, un juguete con muchas posibilidades.Mi imaginación se disparó desde ese descubrimiento de “el grifo”. Os voy a contar unas cuántas anécdotas que me gustaría compartir con vosotros.Una noche, habíamos quedado con la cuadrilla, en realidad mi cuadrilla, amigas mías y sus novios. Quedamos primero las chicas y tuvimos charla sobre sexo (como otras muchas veces), el caso es que acabé apostándoles que era capaz de, en algún momento de la noche, llevármelo al baño, hacerle una paja, que se corriera en mi canalillo y llevar su semen en la parte baja de mi escote para enseñárselo a todas. A él, por supuesto, no le dije nada, pero la apuesta era suculenta, de hecho el premio era una foto erótica de cada una de ellas con sus chicos, vamos, que quería ver poyas.Salimos, empezamos a ir de bar en bar, beber... cuando estaba ya suficientemente lanzada, agarré a mi novio, me lo llevé al baño, le senté en la taza y:- Ahí quieto, tengo ganas de cascartela, así que sólo disfruta.Me quité la blusa y el sujetador, le puse un rato mis tetas en la boca y le dejé jugar con su lengua y sus manos. Me puse de rodillas, le saqué la poya. La tenía dura, muy dura, empecé a jugar con ella, primero besitos suaves, luego le masturbaba mientras le besaba en la boca, luego pasé a metérmela en la boca lo más profundo que podía. Le dije- Quiero que te corras en mis tetasSe puso de pie y comenzó a masturbarse mientras apuntaba a mi canalillo, yo jugaba con sus huevos y mientras me pellizcaba un pezón. Zas.... llegaron los enormes chorros de semen a los que me tenía acostumbrada, uno de ellos quedó perfectamente colocado en mi canalillo escurriendo entre mis tetas. Me levanté, le besé y me puse el sujetador y la blusa sin limpiarme.- ¿No te vas a limpiar?- Pues no, quiero oler a ti.... y enseñarles a mis amigas tu corrida ¿a que te pone cachondo?- Serás golfa, no voy a poder volver a mirar a tus amigas a la cara- Pues mírales el escote y listo, seguro que te gustaVolvimos con la cuadrilla y disimuladamente pase de amiga a amiga enseñándoles la parte baja de mi escote, donde se había formado contra el sujetador un "lagito" blanco. Miraban, me miraban, le miraban, risas y mi novio totalmente colorado.En otra ocasión conseguí dos de los mejores polvos de mi vida. Nos habíamos ido de fin de semana rural a una casita con piscina climatizada. La piscina es compartida, y me dediqué a ponerle cachondo en la piscina durante el día, que si le sobaba el paquete bajo el agua, que si le enseñaba disimuladamente los pezones cuando nadie miraba, en una ocasión le cogí la mano y la puse dentro de mi biquini...Llegó la noche y después de cenar y ver una película yo pensaba que íbamos a ir a la habitación a echar un buen polvo, pero viendo que la piscina estaba vacía, estaba apartada de los apartamentos, había poca gente y que casi todo eran parejas con hijos nos fuimos a dar un baño. Que si te rozo, que si te toco... acabamos desnudos en la piscina y follando en el agua. Decidí que esa vez quería beberme su corrida, pero no me dio tiempo, me estaba montando en el borde de la piscina cuando note como me inundaba con su semen. Le dejé acabar y salí del agua, me senté en una esquina, abrí las piernes y le enseñé como su lefa caía sobre las baldosas del suelo.Me metí en el agua y con medio cuerpo fuera chupé, lamí y surbí la mezcla de mis jugos y su semen que había caído al suelo. Pude ver como se ponía otra vez cachondo mientras me veía comer ese jugoso manjar, decidí ayudarle y le hice una buena mamada para ponerle más a tono.- vamos al apartamentoSalimos del agua, él se vistió, yo sólo me puse la toalla, cuando cerramos la piscina teníamos un paseo de unos 20 metros hasta nuestro apartamento, me puse delante de él, me quité la toalla, quedando completamente desnuda y dejándole con la boca abierta fui andando hacia el apartamento. No se si había alguien en las ventanas, pero se que si lo había disfrutó del espectáculo tanto como mi novio.Llegamos a la habitación, y a pesar de haberse corrido unos minutos antes, me estuvo haciendo el amor durante casi dos horas. No hay nada como calentar mucho a un tío para verificar su capacidad de aguante.En otras vacaciones, nos fuimos a un balneario de esos de lujo con aguas termales, masajes y piscinas de agua caliente. Todas las mañanas nos subían el desayuno, lo dejaban en una bandeja en el porche del apartamento. El caso es que habitualmente nos pillaban en pleno polvo matutino, siempre me ha encantado despertar a mi niño con besos, caricias y metiendome todo su pene en la boca hasta que lo noto crecer y está tan empalmado que ya no me cabe en la boca. El segundo día, estabamos en pleno polvo cuando tuve una malísima idea cuando le estaba montando. Paré de repente, salí desnuda al porche, cogí la bandeja y entre en la habitación, dejé la bandeja junto a la cama y seguimos a lo nuestro.- ¿Para qué has salido? - me dijo entre jadeos- Luego te lo enseño - repliqué como pudeEl caso es que volví a parar cuando ví que estaba a punto de llenarme de semen, cogí la mermelada y tumbándome en la cama me la repartí entre las piernas. Lo captó a la primera y me estuvo comiendo el coño hasta que ya no quedó ni una gota.- ¿Más? - me preguntó- ClaroMe volví a levantar, cogí una tostada, la mantequilla y otro paquete de mermelada, me eché mermelada en los pezones y más en el coño y le dije:- Sigue mientras me unto la tostada.Así hicimos, mientras el me chupaba los pezones y me llegaba a un maravilloso orgasmo yo me las apañaba para untarme la mantequilla en la tostada. Cuando acabó, cerré las piernas.- Vale, machote, ahora me toca a mi, túmbate que esta tostada está un poco sosa, que te has comido toda la mermelada. Abusón.Se tumbó y comencé a jugar con su miembro, mamadas, besitos, masturbación... así estuve un rato, hasta que decidí que era el momento y comencé a mamarsela salvajemente, paré un momento y seguí con mi mano, tenía los ojos cerrados, estaba gozándola. Cuando empezó a gemir más fuerte, síntoma de que iba a tener una eyaculación brutal, cogí la tostada y la coloqué, toda su leche caía sobre la tostada justo cuando abría los ojos:- ¿Qué vas a hacer?- Nada especial, ¿vamos a desayunar?Nos fuimos desnudos a la mesa, sobra decir que me desayune la tostada con mantequilla y esa enorme corrida que tiene mi novio. Le miraba eróticamente mientras lo hacía y se estaba poniendo malo, tanto que esa mañana no bajamos a la piscina termal, estuvimos toda la mañana en la cama folleteando.La última anécdota que os voy a contar fue también con dos de mis amigas, era veranito y estabamos en una terraza en la playa a las tantas de la mañana, se estaba genial en la calle, así que decidimos que nos tomaríamos otra ronda. Mis amigas y yo solemos tomar Malibú con piña, muchas veces le he dicho que el blanco del malibú me recuerda a su semen, así que se me ocurrió otra maldad.Nos levantamos "mi grifo" y yo y nos fuimos dentro del bar a pedir, pedimos tres Malibús para mi y para mis amigas y un ron con cocacola para él. Nos sirvieron y cuando íbamos a salir le llevé al baño y le propuse el plan:- Vamos al baño que me apetece pajerte- Quieres tu tragito de lefa, ¿no guarrona?- Claro cariño, sabes cuanto me gustaComo me esperaba por él encantado, le dejé sobarme mientras le comenzaba a meter mano, y cuando le tuve suficientemente caliente comencé a mamarsela para que pensara que quería tragarme su corrida como en otras muchas ocasiones. Cuando le noté a punto de correrse saqué su poya de la boca, cogí uno de los malibús y apunté su pene para que se corriera en el baso.- ¿Pero qué haces?- Nada, quiero que te corras en el malibú para saber a qué sabeEstaba alucina y escitadísimo a la vez, lo que él no sabía es que le hice correrse en los tres Malibús. Cuando acabó, me miró con cara preocupada- ¿Esperas que no lo noten?- Tranquilo, ya verás como no, y ya verás lo morboso que va a ser que veas a mis amigas tomarse unos traguitos de tu corrida.Para ponerle más cachondo limpié con mi lengua las gotas que habían quedado en los bajos, mezclé bien la bebida hasta que pensé que ya no se notaba lo que habíamos hecho y nos fuimos a la mesa con mis amigas.- Habéis tardardo mucho- Ya sabes, un calentón y me lo he llevado al baño - risas ante una mentira verdadera y novio colorado que confiesa que así ha sidoUn rato de cháchara, disfrutando de la tranquilidad de la noche, miradas entre mi novio y yo, complices del delito y risas disimuladas cuando una de mis amigas dice:- No sé cómo preparan aquí los Malibús con piña, pero están buenísimos. - Trago enorme para apurar las últimas gotas de la bebidaCuando llegamos a casa el polvo fue de vértigo. Puede que otro día continue contándoos con mis "comidas" de semen.
mi amiga y su mama
Por aquel tiempo vivía en un edificio del centro de la ciudad, estaba soltero y aprovechaba para pasar mis fines de semana disfrutando de tragos, fiesta y alguna que otra mujer con la que compartir algo de sexo. El edificio estaba lleno de gente mayor, muchos de los cuales hacía años que vivían allí. De todas formas, por mi trabajo, no estaba en casa muy a menudo, sólo iba a dormir y me quedaba descansando los fines de semana. Había visto una mudanza un sábado por la mañana, y me encontré que había llegado una familia de Córdoba, otra ciudad de mi país. La madre, divorciada, junto a una hija y un hijo, llegaban a buscar mejores horizontes.
Ella era una mujer de unos 45 años, bajita, rubia (a fuerza de teñido) de pelo corto, y con una muy buena figura. Unos increíbles ojos celestes, piernas bien formadas. Sin embargo, la que me había conquistado en el ascensor era su hija, Constanza. Una morocha de unos 20 años, bajita igual que la madre, con ojos claros, unos senos hermosos, bien grandes (tanto que no parecían ser de ella) y una mirada mezcla de tímida y atrevida, que cuando dijo: ”hola” me dejó casi helado.
El tiempo fue pasando, y me solía encontrar con ella en el ascensor al volver del trabajo. Supe que era de Córdoba por su forma de hablar, tan característica, y que estaban solos en mi ciudad al oír cuando hablaba de ello con una amiga. Yo seguía mi vida, salía los sábados a bailar, o nos íbamos de tragos con algunos amigos, y alguna vez la había visto caminando en el centro con amigas.
Un sábado, había ido a bailar, y la encontré en el boliche. La invité a tomar algo, bailamos, me contó que recién estaba haciendo amigos, que no salía mucho, y que estaba por empezar la universidad. Charlamos mucho esa noche, incluso la traje de regreso al edificio, la despedí con un beso en la mejilla, y me fui a dormir. Esa noche tuve el sueño más erótico que se imaginen, tanto que amanecí mojado en mi propia leche como si hubiera explotado en sueños. La volví a ver en la semana, y la invité de nuevo al siguiente sábado. Salimos, y esta vez, estuvimos besándonos en el auto, pero la cosa no pasó de ahí. En la semana, un día me llamó a casa para que nos viéramos. La invité a mi departamento, pero no quiso venir, en cambio me invitó ella a su departamento, cosa que no me gustó mucho, pensaba que iba a estar la madre allí y no íbamos a poder hacer nada. Llegué puntual, toqué la puerta y abrió ella. Me dio un beso en la boca, como nerviosa, y me hizo pasar.
- Siéntate, quieres tomar algo fresco?.
- Bueno, gaseosa puede ser.
- Ya la traigo.
Estaba vestida con un pantalón verde militar, de esos que tienen bolsillos por todas partes, y una campera deportiva ajustada, que marcaba aún más esas hermosas tetas grandes y duras. Volvió con un par de vasos y se sentó a mi lado. Hablamos de cualquier cosa, como si quisiéramos evitar los silencios. Yo pasaba mi mano por su pelo, como jugando, y por su cara. En un momento, tomé su vaso y lo dejé sobre la mesa, la miré y le dí un beso en la boca como buscando tomar la iniciativa. Ella respondió con un beso más profundo, y comenzamos a revolcarnos por el sillón. Puse mis manos en sus tetas, que tocaba por primera vez, descubriendo lo grandes y duras que estaban. Bajé el cierre de la campera y metí las manos por debajo de la remera, alcanzando a tocarlas por encima del corpiño.
Ella se dejaba hacer, y metía su mano en mi pecho, inclinaba su cabeza como ofreciendo el cuello para que la besara. Saqué la campera y levanté su remera hasta dejar a mi vista y frente a mi cara un hermoso corpiño blanco de algodón, lleno de esas montañas de carne. Desabroché el corpiño y pude ver como esas tetas explotaban liberadas de su prisión. Dos enormes aureolas negras encerraban dos increíbles pezones duros, erectos, muy grandes, como la punta de mi dedo meñique. Apliqué mi boca como queriendo tragármelas enteras, y comencé a succionar su pezón, mordisqueando y jugando con la punta de mi lengua. Ella comenzó a respirar más fuerte, y dejó escapar algún gemido. Me miraba muy fijo mientras yo le comía sus tetas, mientras con su mano masajeaba mi nuca apretándome contra ella. Con mí otra mano desabroché el pantalón y metí la mano debajo de la bombacha. Casi eyaculo al contacto con su vello vaginal, muy abundante, y su hermosa concha húmeda. Ella se dejaba hacer, pero no se animaba más que a abrazarse fuerte a mí. En un momento se separó, y me miró como asustada:
- Vamos al cuarto.
Se paró y me tomó de la mano para ir caminando a su cuarto. Entramos, cerró la puerta y se abrazó a mí volviendo a besarme. Fuimos desvistiéndonos poco a poco, hasta quedar completamente desnudos. Se recostó, y entonces…Esa voz de la conciencia…
- Espera, no tendremos problemas si llega tu mamá?
- No, no hay problemas, ella trabaja hasta tarde.
- Y tu hermano?.
- Él tampoco viene, está de viaje en Córdoba con mi papá.
Luz verde. Comencé por besarla en la boca bajando despacio hasta su cuello, recorriendo cada centímetro de piel con la punta de la lengua. Me detuve un rato en sus pezones, que parecían a punto de reventar, bajé por su ombligo hasta llegar a oler su concha mojada, metí mi nariz de lleno en su rajita, abrí sus piernas, levanté sus rodillas, y hundí mi lengua en su concha. Ella se retorcía de placer, me acerqué, y metí mi pene duro buscando penetrarla duro. Ella lanzó un grito de dolor, y descubrí entonces que era virgen. Tomé las cosas con calma, tratándola con suavidad, empecé a bombear, despacio, disfrutando al máximo de esa hermosa concha bien caliente y estrecha que me apretaba tan duro.
El primer orgasmo se vino como una explosión. Mi leche brotaba de su concha y mojaba todos sus pelos, debajo de su culo un pequeño círculo de sangre manchaba las sábanas. Estábamos agitados, pero felices, nos abrazamos, nos besamos. De pronto, se abre la puerta de la habitación, entra la madre, totalmente desnuda, con la concha bien mojada, como si hubiera estado masturbándose.
- Los estuve mirando y no pude evitar tocarme, me hacen un lugar?
Se puso entre los dos y me besó en la boca, se dio vuelta y le dio un beso en la boca a Constanza, hundiendo la lengua hasta el fondo. Yo no podía creer, miré mi pene y vi como se ponía duro de nuevo. La escena me había dejado inmóvil. Constanza, lejos de sorprenderse, puso sus manos en las tetas de su madre, comenzando a frotarlas y a besarlas.
- No te asustes, yo era virgen, pero eso no quita que mamá me haya enseñado algunos juegos.
La madre se acercó a mi pene y comenzó a mamarlo con su boca. Lo metía todo adentro y lo sacaba, lubricándolo con su saliva, besaba la cabeza roja y le daba pequeños mordiscos, masturbándolo con la mano. Constanza metía sus dedos en la concha de su madre, masturbándola y frotando el clítoris con desenfreno, al tiempo que también se metía sus dedos en la concha pajeándose.
- Me voy a correr - dije.
La madre de Constanza se subió entonces sobre mí y llevando la punta de mi pene a su vagina se sentó sobre él comenzando a cabalgar despacio. Sus tetas, algo más pequeñas que las de Constanza, subían y bajaban a su ritmo, mientras Constanza a nuestro lado se venía en un terrible orgasmo mojándose toda la entrepierna. Acabé pronto dentro de la madre de Constanza, recibiendo sus flujos como en una oleada de placer.
- Constanza, ahora vas a chuparme bien la concha hasta darme un orgasmo como siempre haces.
La madre se recostó con las piernas bien abiertas, exponiendo toda su concha, mientras que con sus dedos abría un poco más sus labios para Constanza. Ella se hundió en la concha de su madre, dejando su hermoso culo para mí. Comencé a frotar su clítoris recorriendo con mis dedos hasta su ano, lubricando la zona con sus propios jugos. Le dí mi pene a la madre de Constanza quien se encargó de mojarlo bien. Despacio metí un dedo en el culo de Constanza, después dos, y luego tres. Ese hermoso agujero estaba bien dilatado y me llamaba, puse la cabeza de mi pene en la puerta y lo empujé despacio, sintiendo como se desgarraba todo, viendo a Constanza gemir y gritar de placer y dolor. Comencé a moverme despacio, al tiempo que metía mis dedos en su concha peluda y mojada, masajeando su clítoris. La madre de Constanza hundía la cabeza de su hija en su concha, giró y comenzó a practicar un hermoso 69. Yo detrás de Constanza martilleaba despacio su culo, esperando a explotar. Nos vinimos los tres juntos, la concha de Constanza parecía un manantial de flujo. Luego nos lamimos los tres dejando nuestros sexos bien limpios. Nos recostamos exhaustos, no voy a olvidar más lo mucho que me dolía mi pene de la excitación que había sentido. Constanza mostraba su concha y culo totalmente abiertos y enrojecidos.
Muchas veces después vi a Constanza, hicimos el amor, cada vez con más fuerza. Su madre nunca más se nos volvió a unir.
Ella era una mujer de unos 45 años, bajita, rubia (a fuerza de teñido) de pelo corto, y con una muy buena figura. Unos increíbles ojos celestes, piernas bien formadas. Sin embargo, la que me había conquistado en el ascensor era su hija, Constanza. Una morocha de unos 20 años, bajita igual que la madre, con ojos claros, unos senos hermosos, bien grandes (tanto que no parecían ser de ella) y una mirada mezcla de tímida y atrevida, que cuando dijo: ”hola” me dejó casi helado.
El tiempo fue pasando, y me solía encontrar con ella en el ascensor al volver del trabajo. Supe que era de Córdoba por su forma de hablar, tan característica, y que estaban solos en mi ciudad al oír cuando hablaba de ello con una amiga. Yo seguía mi vida, salía los sábados a bailar, o nos íbamos de tragos con algunos amigos, y alguna vez la había visto caminando en el centro con amigas.
Un sábado, había ido a bailar, y la encontré en el boliche. La invité a tomar algo, bailamos, me contó que recién estaba haciendo amigos, que no salía mucho, y que estaba por empezar la universidad. Charlamos mucho esa noche, incluso la traje de regreso al edificio, la despedí con un beso en la mejilla, y me fui a dormir. Esa noche tuve el sueño más erótico que se imaginen, tanto que amanecí mojado en mi propia leche como si hubiera explotado en sueños. La volví a ver en la semana, y la invité de nuevo al siguiente sábado. Salimos, y esta vez, estuvimos besándonos en el auto, pero la cosa no pasó de ahí. En la semana, un día me llamó a casa para que nos viéramos. La invité a mi departamento, pero no quiso venir, en cambio me invitó ella a su departamento, cosa que no me gustó mucho, pensaba que iba a estar la madre allí y no íbamos a poder hacer nada. Llegué puntual, toqué la puerta y abrió ella. Me dio un beso en la boca, como nerviosa, y me hizo pasar.
- Siéntate, quieres tomar algo fresco?.
- Bueno, gaseosa puede ser.
- Ya la traigo.
Estaba vestida con un pantalón verde militar, de esos que tienen bolsillos por todas partes, y una campera deportiva ajustada, que marcaba aún más esas hermosas tetas grandes y duras. Volvió con un par de vasos y se sentó a mi lado. Hablamos de cualquier cosa, como si quisiéramos evitar los silencios. Yo pasaba mi mano por su pelo, como jugando, y por su cara. En un momento, tomé su vaso y lo dejé sobre la mesa, la miré y le dí un beso en la boca como buscando tomar la iniciativa. Ella respondió con un beso más profundo, y comenzamos a revolcarnos por el sillón. Puse mis manos en sus tetas, que tocaba por primera vez, descubriendo lo grandes y duras que estaban. Bajé el cierre de la campera y metí las manos por debajo de la remera, alcanzando a tocarlas por encima del corpiño.
Ella se dejaba hacer, y metía su mano en mi pecho, inclinaba su cabeza como ofreciendo el cuello para que la besara. Saqué la campera y levanté su remera hasta dejar a mi vista y frente a mi cara un hermoso corpiño blanco de algodón, lleno de esas montañas de carne. Desabroché el corpiño y pude ver como esas tetas explotaban liberadas de su prisión. Dos enormes aureolas negras encerraban dos increíbles pezones duros, erectos, muy grandes, como la punta de mi dedo meñique. Apliqué mi boca como queriendo tragármelas enteras, y comencé a succionar su pezón, mordisqueando y jugando con la punta de mi lengua. Ella comenzó a respirar más fuerte, y dejó escapar algún gemido. Me miraba muy fijo mientras yo le comía sus tetas, mientras con su mano masajeaba mi nuca apretándome contra ella. Con mí otra mano desabroché el pantalón y metí la mano debajo de la bombacha. Casi eyaculo al contacto con su vello vaginal, muy abundante, y su hermosa concha húmeda. Ella se dejaba hacer, pero no se animaba más que a abrazarse fuerte a mí. En un momento se separó, y me miró como asustada:
- Vamos al cuarto.
Se paró y me tomó de la mano para ir caminando a su cuarto. Entramos, cerró la puerta y se abrazó a mí volviendo a besarme. Fuimos desvistiéndonos poco a poco, hasta quedar completamente desnudos. Se recostó, y entonces…Esa voz de la conciencia…
- Espera, no tendremos problemas si llega tu mamá?
- No, no hay problemas, ella trabaja hasta tarde.
- Y tu hermano?.
- Él tampoco viene, está de viaje en Córdoba con mi papá.
Luz verde. Comencé por besarla en la boca bajando despacio hasta su cuello, recorriendo cada centímetro de piel con la punta de la lengua. Me detuve un rato en sus pezones, que parecían a punto de reventar, bajé por su ombligo hasta llegar a oler su concha mojada, metí mi nariz de lleno en su rajita, abrí sus piernas, levanté sus rodillas, y hundí mi lengua en su concha. Ella se retorcía de placer, me acerqué, y metí mi pene duro buscando penetrarla duro. Ella lanzó un grito de dolor, y descubrí entonces que era virgen. Tomé las cosas con calma, tratándola con suavidad, empecé a bombear, despacio, disfrutando al máximo de esa hermosa concha bien caliente y estrecha que me apretaba tan duro.
El primer orgasmo se vino como una explosión. Mi leche brotaba de su concha y mojaba todos sus pelos, debajo de su culo un pequeño círculo de sangre manchaba las sábanas. Estábamos agitados, pero felices, nos abrazamos, nos besamos. De pronto, se abre la puerta de la habitación, entra la madre, totalmente desnuda, con la concha bien mojada, como si hubiera estado masturbándose.
- Los estuve mirando y no pude evitar tocarme, me hacen un lugar?
Se puso entre los dos y me besó en la boca, se dio vuelta y le dio un beso en la boca a Constanza, hundiendo la lengua hasta el fondo. Yo no podía creer, miré mi pene y vi como se ponía duro de nuevo. La escena me había dejado inmóvil. Constanza, lejos de sorprenderse, puso sus manos en las tetas de su madre, comenzando a frotarlas y a besarlas.
- No te asustes, yo era virgen, pero eso no quita que mamá me haya enseñado algunos juegos.
La madre se acercó a mi pene y comenzó a mamarlo con su boca. Lo metía todo adentro y lo sacaba, lubricándolo con su saliva, besaba la cabeza roja y le daba pequeños mordiscos, masturbándolo con la mano. Constanza metía sus dedos en la concha de su madre, masturbándola y frotando el clítoris con desenfreno, al tiempo que también se metía sus dedos en la concha pajeándose.
- Me voy a correr - dije.
La madre de Constanza se subió entonces sobre mí y llevando la punta de mi pene a su vagina se sentó sobre él comenzando a cabalgar despacio. Sus tetas, algo más pequeñas que las de Constanza, subían y bajaban a su ritmo, mientras Constanza a nuestro lado se venía en un terrible orgasmo mojándose toda la entrepierna. Acabé pronto dentro de la madre de Constanza, recibiendo sus flujos como en una oleada de placer.
- Constanza, ahora vas a chuparme bien la concha hasta darme un orgasmo como siempre haces.
La madre se recostó con las piernas bien abiertas, exponiendo toda su concha, mientras que con sus dedos abría un poco más sus labios para Constanza. Ella se hundió en la concha de su madre, dejando su hermoso culo para mí. Comencé a frotar su clítoris recorriendo con mis dedos hasta su ano, lubricando la zona con sus propios jugos. Le dí mi pene a la madre de Constanza quien se encargó de mojarlo bien. Despacio metí un dedo en el culo de Constanza, después dos, y luego tres. Ese hermoso agujero estaba bien dilatado y me llamaba, puse la cabeza de mi pene en la puerta y lo empujé despacio, sintiendo como se desgarraba todo, viendo a Constanza gemir y gritar de placer y dolor. Comencé a moverme despacio, al tiempo que metía mis dedos en su concha peluda y mojada, masajeando su clítoris. La madre de Constanza hundía la cabeza de su hija en su concha, giró y comenzó a practicar un hermoso 69. Yo detrás de Constanza martilleaba despacio su culo, esperando a explotar. Nos vinimos los tres juntos, la concha de Constanza parecía un manantial de flujo. Luego nos lamimos los tres dejando nuestros sexos bien limpios. Nos recostamos exhaustos, no voy a olvidar más lo mucho que me dolía mi pene de la excitación que había sentido. Constanza mostraba su concha y culo totalmente abiertos y enrojecidos.
Muchas veces después vi a Constanza, hicimos el amor, cada vez con más fuerza. Su madre nunca más se nos volvió a unir.
la gordita sexi
Había conocido a Susana una noche navegando por Internet hace casi 3 años. Entré en un chat y ahí vi un nick que llamó mi atención, "chicagorda". La verdad es que a mí siempre me han gustado las chicas con carne, y esa era una fantasía que no había hecho realidad. Empezamos a hablar y me pareció una chica majísima, tanto que estuvimos casi 4 horas hablando. A partir de aquella noche hablábamos casi a diario. Ella tenía 20 años, me había dicho que era morena de ojos marrones y que estaba bastante gorda. Era de mi misma ciudad, y a los pocos días le dije que me gustaría conocerla en persona pero me dijo que no, que mejor así.
Ella sabía que yo tenía novia, y le conté también esa fantasía mía temiendo tal vez asustarla, pero no fue así. Me contó que ella también tenía fantasías como todo el mundo, pero que no las había llevado a cabo. Así fue pasando el tiempo y tomamos mucha confianza. Algunas noches por teléfono nos habíamos excitado juntos y nos habíamos masturbado, y hablábamos de lo que nos gustaría hacer juntos, cosa a la que yo estaba más que dispuesto, pero yo sabía que ella aún no lo estaba, así que me dediqué a esperar.
Habían pasado ya dos años y aún no nos habíamos conocido, alguna vez me había dicho que quedábamos pero al final se había echado atrás, y nada. Por fin, en mayo del año pasado me dijo que iba a ir a la feria del libro con unas amigas, y yo le dije que también iría ese día, y quedamos en que si finalmente yo iba, la llamaría para vernos. Me dijo el punto exacto del parque de "El Retiro" donde había quedado y la hora. La verdad es que aquel fin de semana yo estaba en el pueblo con mi novia, pero la puse una excusa y me planté en Madrid sólo para verla, ni siquiera tenía pensado llamarla, sólo quería verla, saber que era real. Y vaya si lo era!! sólo había visto una foto de su cara por el móvil, y la reconocí en seguida. Sí, cierto era que estaba bastante gorda, pero tenía formas, formas que a mi me encantaban. Bajo su camiseta se adivinaban dos pechos grandes que a mi ya me estaban volviendo loco.
Me fui de allí contento y le mandé un mensaje al móvil diciéndola que la había visto, y ella me llamó y me preguntó si aún estaba por allí, le dije que sí y quedamos en una caseta de helados cercana. Llevaba dos años esperando ese momento, estaba un poco cortado, y sin embargo ella radiante, con una gran sonrisa y hablándome como si realmente nos conociésemos de toda la vida. Este encuentro duró poco pues ella tenía que irse, y al despedirse nos dimos un abrazo, y al sentir sus pechos rozando mi cuerpo mi excitación fue notable, y ella miró hacia abajo, sonrió, y me dijo, "Ya hablaremos de eso". A partir de ahí comenzamos a vernos casi todas las semanas, hasta que una noche de septiembre nos vimos en la puerta de su portal. Ella llevaba una camisa sin mangas, con un par de botones desabrochados que a mi me estaban volviendo loco, no podía dejar de mirar y ella se dio cuenta. Pensé que se taparía pero por el contrario empezó a juguetear con los botones y se desabrochó un botón más. Le dije que si seguía así no podría controlarme, y ella me dijo "Precisamente eso es lo que quiero, que no te controles". Acto seguido me lancé a besarla, y le dije que si podíamos entrar en su casa o si nos íbamos a la mía. Me dijo que sus padres seguían de vacaciones y entramos.
La noté nerviosa, me recordó su falta de experiencia, y yo la dije que se dejara llevar. En el mismo pasillo desabroché su camisa y empecé a acariciar sus enormes pechos por encima del sujetador. Me llevó a una habitación, por el camino le había quitado la camisa y comencé a quitarle el sujetador. Yo también me quité la camiseta y ella temblorosa empezó a acariciar mi espalda mientras yo ya me estaba dedicando a lamer sus pezones. Ella acarició mi polla por encima del pantalón y lo fue desabrochándolo despacio. Al cabo de pocos segundos estábamos los dos en la habitación, desnudos, con poca luz, pero suficiente para ver su cuerpo. La tumbé en la cama con las piernas abiertas y me acerqué a lamer su coño, un coño con poco pelito, con labios gordos y tremendamente mojados.
Cuando metí mi lengua entre sus húmedos labios Susana soltó un gemido que me hizo acelerar el ritmo de mi lengua, tanto que ella empezó a decir "No pares por favor", y seguí hasta que la llevé al orgasmo, me llenó la boca de deliciosos jugos mientras ella se movía y gemía. "Ahora quiero darte el mismo placer", me dijo, así que me tumbé en la cama boca arriba, y ella comenzó a pasar su lengua por mi polla que a estas alturas estaba ya más que tiesa. Agarré su cabeza para marcar el ritmo cuando se metió la polla en la boca. Me dijo que era la primera vez que comía una polla, y aunque se la notaba inseguridad puedo asegurar que me hizo una mamada como nunca me habían hecho. Separé su cabeza para no correrme, pues quería correrme en sus tetas, así que estando ella tumbada, me puse sobre ella metiendo la polla entre sus tetas. Fue ella la que agarró sus tetas y empezó a hacerme una deliciosa cubana, que me llevó a correrme en poco tiempo. Llené sus tetas de mi leche, y ella lo fue recogiendo con el dedo y llevándoselo a la boca.
Nos quedamos los dos en la cama tumbados, besándonos y acariciándonos, hasta que mi polla volvió a estar dura. La dije que la iba a follar como nadie nunca la había follado. Abrí sus piernas, restregué mi capullo por su empapado coño, y le dije que si quería que se la metiera tendría que pedírmelo. No tardó en empezar a decir "Por favor, métemela ya, no puedo esperar, fóllame", y yo... se la fui metiendo poco a poco, haciendo hueco en ese coño. Una vez la tuve dentro la saqué y se la metí de golpe, cosa que a juzgar por la cara de Susi, la gustó mucho.
Empecé a follarla, primero despacio pero no podía, cada vez más rápido, llegando a hacerlo de una forma casi salvaje. Ella tenía los ojos cerrados y tenía una cara de placer que jamás podré olvidar. La puse a cuatro patas y volví a metérsela en el coño de un empujón, y a los pocos minutos Susi estaba teniendo otro orgasmo, sus jugos salían por su coñito, y eso me dio una idea. Paré de follarla y empecé a pasar mis dedos por su coño mojado y después lubriqué su culito con sus propios jugos. "Esto te va a encantar, ya lo verás". Susana no dijo nada, se dejaba hacer. La dije que apoyara el pecho en la cama, con su enorme culo en pompa y bien abierto. Puse mi polla en la entrada de su culito y empecé a meterla. Al principio se me hizo difícil, y paraba cuando ella me decía "Me duele". Al final conseguí metérsela entera, me quedé un poco parado, la saqué, volví a metérsela y esta vez entró ya sin problemas. "¿Te gusta que te de por el culo?" pregunté, y ella contestó "Sí, sí", entre gemidos. Estar allí con Susana, follándomela así era un sueño, en mi cabeza se repetía todo el tiempo que había esperado para poder follarla, y eso aceleraba el ritmo de mis envestidas. A la misma vez Susana había metido su mano entre las piernas y se acariciaba el coño. Yo no aguanté más, saqué la polla de su culo, la di la vuelta y de nuevo me corrí en sus tetas, mientras ella seguía tocándose el coño.
Nada más terminar de correme, bajé hasta su coño y le metí bien la lengua, por su clítoris, por toda la raja, llegando incluso a meterle la lengua dentro del coño, hasta que volvió a correrse en mi boca. Fue una experiencia única.
Pensé que allí comenzaba una historia sexual gratificante, pero a mi novia la trasladaron al país vasco, y como ya estábamos a punto de casarnos, tuve que abandonar Madrid y seguirla. Busqué un hueco antes de irme para volver a verla, pero esta vez en un hotel. Volvimos a follar como locos pero esta vez al terminar nos invadió la tristeza.
No hemos vuelto a vernos desde octubre, para mi es imposible de momento ir a Madrid solo, y a ella venir aquí, más imposible aún, pero guardo la esperanza de volver a ver a semejante hembra y volver a follarla. Ahora solemos calentarnos por MSN, pero no es lo mismo.
Ella sabía que yo tenía novia, y le conté también esa fantasía mía temiendo tal vez asustarla, pero no fue así. Me contó que ella también tenía fantasías como todo el mundo, pero que no las había llevado a cabo. Así fue pasando el tiempo y tomamos mucha confianza. Algunas noches por teléfono nos habíamos excitado juntos y nos habíamos masturbado, y hablábamos de lo que nos gustaría hacer juntos, cosa a la que yo estaba más que dispuesto, pero yo sabía que ella aún no lo estaba, así que me dediqué a esperar.
Habían pasado ya dos años y aún no nos habíamos conocido, alguna vez me había dicho que quedábamos pero al final se había echado atrás, y nada. Por fin, en mayo del año pasado me dijo que iba a ir a la feria del libro con unas amigas, y yo le dije que también iría ese día, y quedamos en que si finalmente yo iba, la llamaría para vernos. Me dijo el punto exacto del parque de "El Retiro" donde había quedado y la hora. La verdad es que aquel fin de semana yo estaba en el pueblo con mi novia, pero la puse una excusa y me planté en Madrid sólo para verla, ni siquiera tenía pensado llamarla, sólo quería verla, saber que era real. Y vaya si lo era!! sólo había visto una foto de su cara por el móvil, y la reconocí en seguida. Sí, cierto era que estaba bastante gorda, pero tenía formas, formas que a mi me encantaban. Bajo su camiseta se adivinaban dos pechos grandes que a mi ya me estaban volviendo loco.
Me fui de allí contento y le mandé un mensaje al móvil diciéndola que la había visto, y ella me llamó y me preguntó si aún estaba por allí, le dije que sí y quedamos en una caseta de helados cercana. Llevaba dos años esperando ese momento, estaba un poco cortado, y sin embargo ella radiante, con una gran sonrisa y hablándome como si realmente nos conociésemos de toda la vida. Este encuentro duró poco pues ella tenía que irse, y al despedirse nos dimos un abrazo, y al sentir sus pechos rozando mi cuerpo mi excitación fue notable, y ella miró hacia abajo, sonrió, y me dijo, "Ya hablaremos de eso". A partir de ahí comenzamos a vernos casi todas las semanas, hasta que una noche de septiembre nos vimos en la puerta de su portal. Ella llevaba una camisa sin mangas, con un par de botones desabrochados que a mi me estaban volviendo loco, no podía dejar de mirar y ella se dio cuenta. Pensé que se taparía pero por el contrario empezó a juguetear con los botones y se desabrochó un botón más. Le dije que si seguía así no podría controlarme, y ella me dijo "Precisamente eso es lo que quiero, que no te controles". Acto seguido me lancé a besarla, y le dije que si podíamos entrar en su casa o si nos íbamos a la mía. Me dijo que sus padres seguían de vacaciones y entramos.
La noté nerviosa, me recordó su falta de experiencia, y yo la dije que se dejara llevar. En el mismo pasillo desabroché su camisa y empecé a acariciar sus enormes pechos por encima del sujetador. Me llevó a una habitación, por el camino le había quitado la camisa y comencé a quitarle el sujetador. Yo también me quité la camiseta y ella temblorosa empezó a acariciar mi espalda mientras yo ya me estaba dedicando a lamer sus pezones. Ella acarició mi polla por encima del pantalón y lo fue desabrochándolo despacio. Al cabo de pocos segundos estábamos los dos en la habitación, desnudos, con poca luz, pero suficiente para ver su cuerpo. La tumbé en la cama con las piernas abiertas y me acerqué a lamer su coño, un coño con poco pelito, con labios gordos y tremendamente mojados.
Cuando metí mi lengua entre sus húmedos labios Susana soltó un gemido que me hizo acelerar el ritmo de mi lengua, tanto que ella empezó a decir "No pares por favor", y seguí hasta que la llevé al orgasmo, me llenó la boca de deliciosos jugos mientras ella se movía y gemía. "Ahora quiero darte el mismo placer", me dijo, así que me tumbé en la cama boca arriba, y ella comenzó a pasar su lengua por mi polla que a estas alturas estaba ya más que tiesa. Agarré su cabeza para marcar el ritmo cuando se metió la polla en la boca. Me dijo que era la primera vez que comía una polla, y aunque se la notaba inseguridad puedo asegurar que me hizo una mamada como nunca me habían hecho. Separé su cabeza para no correrme, pues quería correrme en sus tetas, así que estando ella tumbada, me puse sobre ella metiendo la polla entre sus tetas. Fue ella la que agarró sus tetas y empezó a hacerme una deliciosa cubana, que me llevó a correrme en poco tiempo. Llené sus tetas de mi leche, y ella lo fue recogiendo con el dedo y llevándoselo a la boca.
Nos quedamos los dos en la cama tumbados, besándonos y acariciándonos, hasta que mi polla volvió a estar dura. La dije que la iba a follar como nadie nunca la había follado. Abrí sus piernas, restregué mi capullo por su empapado coño, y le dije que si quería que se la metiera tendría que pedírmelo. No tardó en empezar a decir "Por favor, métemela ya, no puedo esperar, fóllame", y yo... se la fui metiendo poco a poco, haciendo hueco en ese coño. Una vez la tuve dentro la saqué y se la metí de golpe, cosa que a juzgar por la cara de Susi, la gustó mucho.
Empecé a follarla, primero despacio pero no podía, cada vez más rápido, llegando a hacerlo de una forma casi salvaje. Ella tenía los ojos cerrados y tenía una cara de placer que jamás podré olvidar. La puse a cuatro patas y volví a metérsela en el coño de un empujón, y a los pocos minutos Susi estaba teniendo otro orgasmo, sus jugos salían por su coñito, y eso me dio una idea. Paré de follarla y empecé a pasar mis dedos por su coño mojado y después lubriqué su culito con sus propios jugos. "Esto te va a encantar, ya lo verás". Susana no dijo nada, se dejaba hacer. La dije que apoyara el pecho en la cama, con su enorme culo en pompa y bien abierto. Puse mi polla en la entrada de su culito y empecé a meterla. Al principio se me hizo difícil, y paraba cuando ella me decía "Me duele". Al final conseguí metérsela entera, me quedé un poco parado, la saqué, volví a metérsela y esta vez entró ya sin problemas. "¿Te gusta que te de por el culo?" pregunté, y ella contestó "Sí, sí", entre gemidos. Estar allí con Susana, follándomela así era un sueño, en mi cabeza se repetía todo el tiempo que había esperado para poder follarla, y eso aceleraba el ritmo de mis envestidas. A la misma vez Susana había metido su mano entre las piernas y se acariciaba el coño. Yo no aguanté más, saqué la polla de su culo, la di la vuelta y de nuevo me corrí en sus tetas, mientras ella seguía tocándose el coño.
Nada más terminar de correme, bajé hasta su coño y le metí bien la lengua, por su clítoris, por toda la raja, llegando incluso a meterle la lengua dentro del coño, hasta que volvió a correrse en mi boca. Fue una experiencia única.
Pensé que allí comenzaba una historia sexual gratificante, pero a mi novia la trasladaron al país vasco, y como ya estábamos a punto de casarnos, tuve que abandonar Madrid y seguirla. Busqué un hueco antes de irme para volver a verla, pero esta vez en un hotel. Volvimos a follar como locos pero esta vez al terminar nos invadió la tristeza.
No hemos vuelto a vernos desde octubre, para mi es imposible de momento ir a Madrid solo, y a ella venir aquí, más imposible aún, pero guardo la esperanza de volver a ver a semejante hembra y volver a follarla. Ahora solemos calentarnos por MSN, pero no es lo mismo.
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